domingo, 11 de enero de 2009

MONEDA Y ARBITRIOS. CONSIDERACIONES DEL SIGLO XVII.

Elena María García Guerra. (Síntesis de una serie de ideas contenidas en la obra)

Basándose en diversos memoriales de arbitrismo la autora quiere informar del estado de opinión en que Castilla generó a raíz de las acuñaciones de moneda de vellón y las alteraciones coactivas de su valor que tuvieron lugar e el siglo XVII.

Definimos arbitrio como una práctica fiscal dirigida a aumentar las rentas públicas o municipales que, en este caso, se basaba en el derecho que tenían los soberanos de modificar el peso, la ley o el valor de las monedas.

Felipe II, Felipe III y Felipe IV ejercieron este derecho hasta sus últimas consecuencias; mediante dos procedimientos:

1. Acuñación de ingentes cantidades de moneda fraccionaria de vellón originariamente de cobre ligado con una pequeña cantidad de plata en 1580 y 1602, y de cobre en 1602, 1606 y entre 1618 y 1626. la ganancia para el erario provenía de la diferencia entre el valor asignado por la ley a la moneda efectiva y el coste de la compra y fabricación del metal; coste notoriamente inferior al primero.
2. Resello de las piezas fraccionarias ya acuñadas que se aplica a la causa de los precios cada vez más altos que tenía el cobre en los mercados europeos. Esta operación de reducir el valor intrínseco y aumentar el extrínseco se llevó a cabo en 1603, 1636, 1641, 1651, 1654 y 1661.

Estos arbitrios los aplicaba la Real Hacienda en la Edad Moderna.

Desde el siglo XIX hasta 1920, la moneda fue considerada exclusivamente como símbolo del poder unificado del estado e instrumento de su política económica.

Como consecuencia de la crisis inflacionista de la postguerra mundial, entre los años 20 y 40, aparecen novedosos estudios de Hamilton que, sin embargo, no encontraron eco en un país destrozado por la guerra civil y que hasta bien entrados los años sesenta se centra en una historia política y diplomática de signo muy determinado.

Ideas generales sobre el arbitrismo:

DEFINICIÓN: cualquier propuesta dirigida a aumentar los ingresos de un reino o entidad política.

IDEAS CLAVE:
- El fenómeno arbitrista trascendió desde lo puramente fiscal y dio lugar a todo un corpus de obras sobre pensamiento político, económico y social, teñido a menudo, de un profundo reformismo.

- El vellón pesaba mucho y valía cada vez menos: esto lo achacaban los arbitristas al abandono de los sectores productivos por parte de los castellanos que prefirieron vivir ociosamente de las rentas y no del producto del trabajo.


- El mundo de las manipulaciones monetarias constituye una de las parcelas del naciente pensamiento económico español en la Edad Moderna.

- Los arbitristas eran unos autores que se ocupaban más de temas de economía aplicada, incidieron más en el factor de la producción que en el de la distribución.


- En el siglo XVI, pero sobre todo en el siglo XVII, se empezó a definir y a dar contenido concreto a muchos términos, perfilándose de este modo una nueva disciplina, la economía, que se consideraba como una de las herramientas más útiles y principales para el buen gobierno de una nación. De este modo, los arbitristas llegaron a ser considerados como “economistas” término que no fue frecuente hasta el último cuarto del siglo XVIII.

- El término “arbitrio” adquirió ya entre los coetáneos una significación peyorativa, que adquirió por la reacción del público y de la literatura del momento, ante la enorme presión fiscal y de las desventuras políticas, había confundido responsables políticos y personas que proponían remedios. En general, los hombres del siglo XVII no atacaron tanto la incompetencia técnica de los arbitristas como su ingerencia en las altas cuestiones del gobierno del reino y el peligro de los consejos interesados sobre materias fiscales.


- La mala fama del arbitrio y los economistas comienza a desaparecer en el siglo XVIII. Los economistas del siglo XVIII recogieron y perfeccionaron el análisis de los arbitristas, aunque los primeros tuvieron lecturas más amplias y se enfrentaron con nuevos problemas. El principal nexo de unión entre unos y otros radica en al preocupación por el estudio del crecimiento económico.

- La base de esa impopularidad se halla en el hecho de que las propuestas presentadas al monarca o al Consejo de Hacienda, en el caso de ser aceptadas, proporcionaban buenos beneficios a su inventor. El trámite era elevar al Consejo un esbozo del arbitrio y si parecía interesante o había un buen intermediario, se escuchaba y examinaba.


- Con los arbitrios, lo que se buscaba era burlar los mecanismos de la negociación y del pacto con las Cortes. Para que el arbitrismo funcionara tenía que haber regalías, esto es, bienes con los que el rey pudiera aumentar sus recursos sin negociar ni pedir permiso a nadie.

1 comentario:

David Alonso dijo...

Muy buena aportación, Ana. E. García Guerra es una de las máximas especialistas sobre política monetaria del siglo XVII.