lunes, 8 de diciembre de 2008

El mercantilismo español -el arbitrismo- y el ingles.




Características principales del pensamiento económico de los s. XVI y XVII en diferentes países:

Castilla

En esta zona el mercantilismo adoptó la forma del arbitrismo. El arbitrismo es la corriente de literatura, de contenido político y económico, propia de la España de los Austria, particularmente del siglo XVII, de fuerte crisis financiera y económica en general. La voz de la que parte ésta es la de arbitrista, término de época con claras connotaciones peyorativas o burlescas con el que se aludía a aquellos individuos que ofrecían fórmulas de todo punto inaplicables, y hasta claramente disparatadas, para resolver los principales problemas nacionales, uno de ellos el económico. La presencia literaria de la figura del arbitrista es un rasgo característico del Siglo de Oro español, y la obra de los grandes arbitristas castellanos son obras complejas.

La relación entre monarca y arbitrista se inspira en el deber de consejo que tenía todo súbdito hacia el rey, porque cualquier súbdito puede concertar un consejo o arbitrio con soberano. Y la persona que entrega un memorial o arbitrio y su propuesta gusta recibe una retribución. Por ello, esto reproduce los esquemas políticos de Castilla, donde cualquier persona puede llevar una serie de escritos a cambio de una merced. Se puede percibir que el arbitrismo es un cúmulo de estudios muy heterogéneos donde había escritos muy logrados y otros que no. Esto hizo que en los s. XVI y XVII la figura del arbitrista no estuviera muy valorada como ya se ha dicho anteriormente, aunque a partir de Campomanes se restaura la idea del arbitrista porque dentro del arbitrismo existen escritos muy logrados.

El arbitrio que da lugar al arbitrismo es el Memorial al Rey para que no salgan dineros de España de Luis Ortiz de 1559, en el que se denuncian diferentes males Intuyó el concepto de estructura económica en su profunda descripción de la España de su tiempo y, de forma consecuente, propuso un amplio abanico de iniciativas, casi un plan de desarrollo. Entre otras, indicó la necesidad de aumentar la productividad, fomentar el crecimiento demográfico, extender los regadíos y repoblar forestalmente el reino. Por otra parte, fue consciente del problema derivado de las remesas de oro y plata que llegaban de América, y propuso restringir la expansión monetaria y desincentivar el consumo.

Otros precursores destacados de la corriente arbitrista en España fueron:

-Sancho de Moncada: economista y pensador español. Prácticamente no se conoce ningún dato acerca de su biografía, ni siquiera sus años de nacimiento y muerte. Por el tono de sus ideas y la fecha de la primera edición de su obra, se supone que debió estudiar en la Universidad de Salamanca, donde pudo establecer relación con la escuela de pensamiento económico ligada a este centro. Pasó a la historia por su tratado Discursos (1619), más conocido por el título de Restauración política de España bajo el cual fue reeditado en 1746. Sus tesis, que enlazan con las de la Escuela de Salamanca y los conceptos de la teoría cuantitativa del dinero, representan probablemente el más completo modelo español de mercantilismo. Moncada detectó la debilidad económica y política de España y señaló la precaria situación hacendística y la invasión de los productos extranjeros, por lo que denunció que el reino se había convertido en una colonia de potencias enemigas. Proponía un proteccionismo severo, en la más estricta disciplina mercantilista, pero supervisado por la Inquisición. Además, consideraba imprescindible promocionar la industria, política que en Francia propondría Jean-Baptiste Colbert y que alcanzaría gran difusión a finales del siglo XVII. Su obra gozó de un gran predicamento en su época y vivió un segundo momento de gloria en el siglo XVIII, lo que explica su reedición.

-Luis Ortiz: pensador español. No se conocen casi datos acerca de su biografía (ni siquiera los años en que nació y falleció). Sólo que fue contador (funcionario de la Hacienda) de Castilla durante el reinado de Felipe II. Debió ser un hombre instruido, que tal vez cursara estudios superiores en alguna universidad. Lo cierto es que investigó las actividades económicas que se desarrollaban en España, así como sus interrelaciones, y escribió una obra que muestra una gran erudición y agudas reflexiones: Memorial al Rey para que no salgan dineros de España. Fue publicada en 1558 y no tuvo demasiado eco, ni en el momento de su aparición ni con posterioridad, pese a lo esclarecedor del diagnóstico realizado sobre los males del reino. Intuyó el concepto de estructura económica en su profunda descripción de la España de su tiempo y, de forma consecuente, propuso un amplio abanico de iniciativas, casi un plan de desarrollo. Entre otras, indicó la necesidad de aumentar la productividad, fomentar el crecimiento demográfico, extender los regadíos y repoblar forestalmente el reino. Por otra parte, fue consciente del problema derivado de las remesas de oro y plata que llegaban de América, y propuso restringir la expansión monetaria y desincentivar el consumo.

- Tomás de Mercado: religioso, teólogo y moralista español, continuador de la corriente económica de la Escuela de Salamanca. Nacido en Sevilla, se trasladó cuando era joven al Virreinato de Nueva España, donde profesó en la Orden de Predicadores en 1553, se doctoró en Teología y destacó pronto como gran moralista. Agudo observador de su entorno, la necesidad de dar una respuesta moral a las demandas de los comerciantes le forzó a reflexionar sobre los problemas del comercio. Tras regresar a España, impartió clases en las universidades de Sevilla y Salamanca. En este último centro se relacionó con maestros como Martín de Azpilcueta y en 1569 publicó la obra por la que adquirió renombre: Tratos y contratos de mercaderes y tratantes (también conocida por el título de Suma de tratos y contratos con que fue reeditada dos años más tarde). En este tratado, Mercado describía con una clara intención moral los usos mercantiles y la vida comercial de la época en Sevilla y Medina del Campo; asimismo, reflexionaba sobre el fundamento del interés en un entorno económico, abriendo la puerta a los usos morales del mismo (en conflicto con la estricta concepción de la usura establecida por la Iglesia católica). Por otra parte, planteaba con mayor refinamiento la teoría cuantitativa del dinero a partir de la tradición de la Escuela de Salamanca, prestando especial atención a la circulación internacional de divisas. Volvió a viajar a América, pero enfermó durante el viaje y falleció, en 1575, en Veracruz.

-Juan de Marina: escritor, sabio biblista e historiador español. Nació en Talavera de la Reina e ingresó muy joven en la Compañía de Jesús. Estudió teología y arte en la Universidad de Alcalá de Henares y después concluyó su formación religiosa en Simancas, bajo la dirección de san Francisco de Borja. Dado su alto nivel intelectual, la Compañía lo envió a Italia como profesor a sus mejores centros. Enfermo, en 1574 regresó a Toledo, donde siguió con su magisterio, estudiando al mismo tiempo lenguas orientales; en esta ciudad escribió la mayoría de sus obras, algunas de cuales le acarrearon problemas con la Inquisición.

Sus principales obras son las conocidas como Historia y De rege. Historia de rebus Hispaniae XXV libri (1592), que fue publicada en 1605 en Maguncia; con 30 libros en castellano —traducida por el mismo Mariana en 1601— y el título de Historia general de España. Abarca la historia de España y Portugal desde los tiempos remotos hasta los Reyes Católicos; su concepción consistía en que Castilla era, y debía seguir siéndolo, la cabeza del súper-Estado. En De rege et de regis institutione (Del rey y de las instituciones reales, 1599), exponía su teoría sobre la monarquía y los deberes del príncipe, que debe someterse como cualquier otro ciudadano a las leyes morales y del Estado, y además justificaba el tiranicidio. Ambas obras tuvieron una influencia importante en la época y despertaron no pocas polémicas. Su latín es intachable y sigue el estilo de Tito Livio, Tácito y Tucídides.

Otras obras interesantes suyas son Tractatus septen (Colonia, 1609) sobre cuestiones de la vida social y económica, y Discurso de los grandes defectos que hay en la forma de gobierno de los jesuitas (1609).

El tema principal que preocupaba a los arbitristas no es otro que el de la decadencia de Castilla para lo que analizaron diferentes aspectos como por ejemplo el sistema productivo o la forma en la que se puede mejorar la agricultura.

Pero a pesar de todo lo aportado por los arbitristas, Heckscher considera a este mercantilismo como menos evolucionado. Para él el mercantilismo tendría dos fases:

- Menos evolucionado: los casos castellano y portugués.

- Más evolucionado: el caso francés e inglés, los cuales son posteriores.

A partir del s. XVIII en España se dará el proyectismo. Hay autores que consideraran el proyectismo como algo diferente al arbitrismo, mientras que otros concebirán que los proyectistas son una continuación de los arbitristas, pues el objetivo de ambos es sacar los problemas e intentar solucionarlos. También en el s. XVIII tendremos escritos de carácter económico que responderán a ese deseo. Aunque es necesario señalar que los proyectistas al igual que los arbitristas eran poblacionistas, y ambas propondrán mejoras para algunos fundamentos sociales del Antiguo Régimen.

Entre los proyectistas destacaron:

-Bernardo Ward: economista irlandés del s. XVIII que en 1750 recibió de Fernando VI el encargo de recorrer diferentes comarcas de Europa para examinar el estado del comercio. A su vuelta a España fue nombrado presidente del Tribunal de comercio y director de las casas de la moneda, y la fábrica de cristales de San Ildefonso. También fue Bernardo el que ideo el sistema de carreteras radiales, que se pondrá en práctica con Carlos III (Despotismo Ilustrado), así como un sistema de gobierno en América para solucionar los problemas que él detectaba.

- Jovellanos: literario, juriconsulto, poeta, economista, anticuario, magistrado y hombre político español, el cual perteneció al grupo de los dirigentes ilustrados y participó de manera asidua en la tertulia que el intendente Olavide organizaba en su residencia del alcázar, donde Jovellanos tuvo la oportunidad de aquilatar su ideario ilustrado y de cultivar su afición a las letras, redactando numerosos informes fiscales. Fue nombrado Alcalde de Casa y Corte, y el 20 de octubre de 1778 tomó posesión de su nuevo cargo en Madrid. En seguida comenzó a ser un personaje conocido en la corte en su doble faceta de magistrado y de hombre de letras, debido tanto a sus propios méritos, como a la protección de Campomanes. Ese mismo año ingresó en la Sociedad Económica Matritense, en la que colaboró activamente; en 1779 en la Academia de la Historia; en 1780 en la Academia de San Fernando como miembro de honor, y en la Sociedad Económica de Asturias como individuo honorario; en 1781 en la Academia Española y en 1782 en la de Cánones como honorario. Desarrolló una febril actividad durante estos años, formando parte de sociedades diversas, presidiendo reuniones, pronunciando discursos y elogios, elaborando informes y recibiendo, en general, todo tipo de encargos. Defendió numerosas causas ante el ministro Floridablanca, especialmente las relacionadas con su patria asturiana. Se manifestó siempre como un magistrado íntegro y de gran firmeza en la defensa de los principios del derecho. Jovellanos se fue convirtiendo poco a poco en uno de los personajes más destacados de la política ilustrada.


Inglaterra

El mercantilismo inglés se va a caracterizar por ser un pensamiento económico muy heterogéneo, en el que existieron al menos cuatro temas importantes:

1. Doctrina de balanza comercial favorable: cuando se exporta más de lo que se importa,

se retenía metal precioso en el interior de las fronteras de un Estado, lo cual permitía su fortalecimiento tanto económico como político. Los autores que defienden estas teorías son:

-Thomas Mun: economista británico al frente de la Compañía de las Indias Orientales. Hijo de un comerciante, Mun aprendió rápidamente el oficio paterno y adquirió fama en Londres por su habilidad en el negocio. En 1615 pasó a formar parte de la Compañía de las Indias Orientales, que más tarde dirigiría; y en 1621 publicó A discourse of trade from England unto the Est-Indies, a propósito de la acusación (por parte de algunos mercantilistas) en torno a la exportación de lingotes de oro, que se permitía realizar a la Compañía de las Indias Orientales para financiar sus operaciones. Thomas Mun argumentó que la operación era beneficiosa para la balanza comercial de Inglaterra, ya que el valor de los metales preciosos obtenidos por las reexportación de las mercancías orientales, superaba el valor del oro exportado.

En un segundo libro (publicado tras su muerte), England´s Treasure by Foreign Trade, el autor continuaba con sus argumentaciones mercantilistas para afirmar que sólo una balanza de comercio anual superavitaria proporcionaba riqueza para el país. Esta tesis, defendía una visión global del comercio de la nación, frente a las teorías de otros autores que mantenían la necesidad de que todas la operaciones fueran beneficiosas.

- Gerrard Malynes: Comerciante, y fecundo escritor inglés en materias económicas (conocido en los años 1586-1641). Era hijo de un comerciante de Amberes, tratante en lanas, pero de joven pasó a Londres donde fue miembro de la Mercers Company y contrastador de monedas. Luchó denodadamente y con escaso éxito contra los especuladores, abogando por el restablecimiento de las regulaciones del comercio internacional. En 1601 publicó un libro, A treatise of the Canker al England's Commonwealth, en el que se lamenta que los cambios hayan pasado a ser "negocios" en lugar de permutaciones de monedas de acuerdo a su finura metálica, y sostiene que los arbitrajes, cambio sicco, y las letras de financiación, cambio lictitio, se han transformado en maquinaciones de usureros confabulados contra la libra esterlina. En 1622 sostuvo una polémica pública con Edward Misselden, quien sostenía que la emigración de la moneda era el resultado de la balanza desfavorable de comercio, replicándole que "las mercancías y la moneda son pasivas y lo único activo es el intercambio", el cual debía estar reglamentado y monopolizado para ordenamiento del comercio y recobramiento del caudal monetario. Durante esa controversia publicó su Maintenance of Free Trade According to the Three Essential Parts of Trattique (1622) , The Center of the Circle of Commerce (1623), y Consuetudo vez lex mercatoria (1622), donde se contiene todo el sistema de sus ideas económicas y sus aplicaciones prácticas. Su libro Saint George lor England, Allegorically Described (1601) es de factura medieval, a pesar de que en él sostiene la legitimidad del interés del dinero y refuta la tesis de Culpepper en favor de la limitación de las tasas de interés. En su England's Views in the Unmasking al Two paradoxes (1603), parafraseando la refutación de Bodin a Malestroit, acusa a aquel de haber perdido de vista el punto esencial: la variedad de los incrementos de precios en los distintos países resultante de las actividades ilícitas de los especuladores. De todas maneras, sus entusiasmos dineristas no lograron convencer a sus contemporáneos, abocados a la libertad de comercio, de que era necesario restablecer el monopolio real para encerrarse en el clásico par pro pari sistema de intercambio. Tampoco consiguió mayor éxito en sus campañas a favor de los necesitados ni en su advocación de los Montes de Piedad, lo cual hizo exclamar a Thomas Mun: "En vano luchó Gerard de Malynes a través de tantos años y de tanta letra impresa".

- Edward Misselden: Uno de los primeros tratadistas de asuntos económicos, afecto a las ideas y prácticas mercantilistas predominantes en su época (Conocido entre 1608 y 1654). Trabajó con otros fabricantes de artículos de lana en contra del monopolio llamado de los Merchant Adventurers, pero el resultado fue una fuerte depresión industrial y comercial que hizo impopular al movimiento. Es uno de los mejores tratadistas de su tiempo, siendo sus obras más importantes Free Trade or, the Meanes to Make Trade Flourish (1622) y The Circle of Commerce (1623).

2. La doctrina de balanza comercial en términos de estímulo de la renta y empleo: algunos autores como Misselden y Mun defendían que había que exportar más que importar, mientras que otros como Josiah Child y John Cary defendían que la exportación sería un medio para obtener más empleo en el país, porque de algún modo si se exporta se crea trabajo y riqueza.

Esta idea se vio favorecida gracias al economista irlandés Richard Cantillon, y concretamente a su obra Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, publicado de forma póstuma, en 1755, en Londres. En 1880 el economista británico William Stanley Jevons popularizó esta obra, a la que calificó como “cuna de la economía política” por su sistemático análisis de casi todo el campo de acción de la economía.

La primera parte del libro define la riqueza basándose en la tierra y el trabajo. Afirmaba que el tiempo y la dificultad de aprender un tipo de trabajo, el riesgo que supone llevarlo a cabo, y la capacidad y responsabilidad que se requieren por parte del trabajador deben ser factores que se tengan en cuenta en el pago de los salarios. Se trata del germen de la teoría salarial de Adam Smith. Cantillon también definió el paso del valor real (dependiente de los costes de producción) al valor de mercado (que a su vez depende de la oferta y de la demanda). Según su teoría, el dinero (en papel o moneda) no refleja el verdadero valor de la riqueza de una nación, en tanto que la tierra es la verdadera fuente de aquella. Esta doctrina fue reconocida por François Quesnay.

En opinión de Cantillon, la tierra genera tres tipos de beneficios: el salario del agricultor, los márgenes del comerciante y la renta del propietario. Para él, las empresas no agrícolas no proporcionaban este tercer tipo de beneficio. En su obra, Cantillon analiza también temas como el trueque, los precios de mercado, la circulación de moneda, el crédito, los intereses y sus causas, las subidas y bajadas de los tipos de interés, el comercio exterior y la banca. Sus ideas se anticiparon a las teorías de Thomas Robert Malthus sobre la población. Escribió que “cuando los hombres tienen ilimitados medios de subsistencia se multiplican como ratones en un granero; y proporcionalmente los ingleses en las colonias son tres veces más numerosos que en la metrópoli, porque tienen tierra que cultivar”. Fue el primero en utilizar el concepto de valor intrínseco o real (que actualmente se denomina valor normal) y demostró su relación directa con el valor del mercado. Sus estudios sobre estos y otros temas, como el efecto de un incremento de la cantidad de moneda en circulación sobre el nivel general de los precios, le sitúan por delante de su tiempo.

3. Tipo de interés: se tratará de que el precio del dinero descienda, aunque para ello pondrán mecanismos no demasiado sofisticados, pues según Childe y Locke en el s. XVII en la década de los 60 existía un gran pesimismo por diversas causas (peste, enfrentamiento con Holanda…), pensando que si se ponía más dinero en circulación descendería el tipo de interés aumentando, sin embargo, la inflación.

4. Afán de cuantificación de algunos autores: especialmente el economista y estadístico inglés William Petty . Se le considera el más destacado tratadista sobre impuestos antes de la aparición de Adam Smith. Su obra más importante, y notable en la época en que fue escrita, es A Treatise of Taxes and Contribution (Londres, 1662). A su libro The Political History of lreland (1691) le añadió un estudio titulado Verbum sapienti, en el que trata de demostrar cómo puede computarse la riqueza nacional de un país. En su Quantulum cunque (Londres, 1695), se ocupa de los problemas monetarios y condena las restricciones impuestas a la exportación de metales preciosos, alegando también que las limitaciones en las tasas de interés son entretenimientos triviales. Hizo un estudio comparativo de la posición económica de los países conocidos en su Political Arithmetick (1690), trabajo muy apreciable teniendo en cuenta las dificultades de información en el siglo XVII.


NOTA: Esta entrada ha sido realizada por Rafa. Debido a problemas tecnicos lo he tenido que colgar desde el perfil de Ana, quien amablemente me ha ayudado.

1 comentario:

Ana dijo...

La primera imagen es William Petty y la segunda de Gaspar Melchor de Jovellanos.